junio 20, 2009

Deseo y deber.

Era mi diluvio, pero no mi barca.

El agua había arrastrado todo a su paso.

Gentes sin nada. Desoladas.

Nosotros hacíamos lo que podíamos. Poner apósitos, curas de urgencias…

Me sentía cansado. Pensé en mi casa. El día de regreso se acercaba.

Volver a España, pasear, tomar una cerveza en alguna terraza, o ir al cine.

Llegué al campamento. Me tumbé sobre un jergón. Puse la radio. Al sur de la India miles de afectados por el terremoto, esperan…

Miré al maletín con el instrumental.

--Muchacho, prepárate para otro viaje.

junio 18, 2009

De un pueblo extraño.

Era mi diluvio, pero no mi barca, me dije mirando al pueblo que dejaba atrás.

Tusangra, pueblo donde ningún forastero podía salir.

Tusangra, pueblo donde nada cambiaría.

Me ahogaba aquel ambiente contaminado y sin futuro, a pesar de tener todo el tiempo del mundo (o tal vez, ser nosotros mismos el tiempo).

Habíamos renunciado a cualquier cambio.

¡Tenía que salir¡ Otras realidades me esperaban.

Llegué cansado a la ciudad.

Vi una máquina de bebidas. Saqué una. El sabor dulzón y pegajoso, me gustó.

Entonces comprendí cual era mi futuro.

Morder la yugular de forasteros ya no era tan divertido.

junio 17, 2009

Otra vuelta de tuerca.

En los próximos días publicaré tres diferentes microcuentos, cada uno con menos de 100 palabras, y con la misma primera línea.


Era mi diluvio, pero no mi barca, y tomé la decisión de estar solo tras otro naufragio amoroso. Se acabaron las mujeres. Días de encierro. Teléfono enmudecido.Tranquilidad. Los pensamientos se dispersaban. Nada tenía importancia.


Un abrumador silencio me rodeaba.Puse música para sentirme acompañado. Al fin, decidí salir. Me vestí. Al mirarme al espejo, a pesar de mis ojeras y mi barriga, la imagen fue satisfactoria.


Caminé sin rumbo. Aspirando el monóxido. Me sentía bien.

Tropecé. Al levantar la mirada…


--Disculpe, ¿le he hecho daño?

Sonrió.

--¿Me permite invitarla a un café?


junio 16, 2009

Anhelos de libertad en Irán.





Estoy cenando y viendo en el televisor las imágenes de las elecciones en Irán.


Insatisfacción en el resultado. Revueltas. Sospechas de fraude electoral. No cabe duda que el pueblo pide un cambio.

Año tras año, lucha, muertos, represiones, están conviertiendo a esa parte del pueblo en gente que demanda democracia, no se conforman con las normas establecidas y el camino de baldosas amarillas (más bien rojo sangre) por las que tienen que caminar.

¡Basta ya!, gritan.

Tal vez no consigan mucho, pero se nota en la gente esa fuerza de inconformidad, de esperanzas en otro futuro.

Les deseo que no sea muy sangriento el camino, por esa sencilla y a la vez complicada demanda: Democracia y Libertad.

Un enlace a un blog independiente desde el propio Irán, con fotos, videos, y noticias actualizadas.

Y una excelente cobertura en Penúltimos Días.

junio 14, 2009

Creación
dias revueltos
magma original
vómito de Dios
¿acaso nos abandonó?.

Anduve perdida
por el paraiso perdido
encontré
la manzana.

Vomité su
su semilla

Soledad
un grito
¿Huvo hembra
a su lado?
¡no la serpiente
la asfixió!

Pienso, niego

Derribo
mente cerrada
oleadas
que se apoyan
de puntillas
arrancar
ideas
lógicas
ilógicas
niego todas
girones de desperdicios
amputaciones
febriles
mediaciones
y derrames
vómitos
innecesarios
de palabras
incoherentes
relámpagos
infinitos
amaneceres
en el Orient Espress
o anocheceres
quebrantados
en el borde
del acantilado.

¿encontraré
acantilado?

junio 06, 2009

Amanecer

Sueño extraño
ojos cansados
no ven nada
sólo buscan
arden
sueñan.

Amanece
se escuchan pájaros hambrientos.

Carnes
se agitan
sobre frías
sábanas
húmedas
de placer
inexistentes.

Amanece
pasa el camión de la basura.

Larga noche
sólo búhos
gallos
ojos abiertos
imágenes confusas
cama rotunda
sola
en la madrugada.

Amanece
herial de sábanas flotantes.

Se abre
una ventana
cuerpo maltrecho
cuello doblado
manos que apartan
cortinas
que cuelgan
de un sueño.

junio 04, 2009

¿Acaso
comprendo mi fracaso?
¿Acaso
mi compresión fracasó?

Yo quise
ser su todo
ser su nada
dejarle que amara
reventando diques
que separan
amor
pasión
odio
lujuría
deseo.

Abrí las manos
como palas
recogí
las piedras
de los celos
pudriéndome
el cansancio
del esfuerzo.

Huí de la guadaña
del desierto
a solas vi llegar
en un caballo
al hastío
y vomito
en letrinas
saqueadas
por lágrimas
de pájaros
traidores.

Volver

Le arranqué
el corazón
la alcantarilla
le sirvió
de nicho.

Manos
con jirones
de ilusión
sueños
sentimientos
"futuro".

Vomito
cien años
de pasado
arrastro
el castigo solitario
al final
del camino
recorrido
¿quién me puso
el cuchillo
en la mano?

Caminamos
por veredas
paralelas
él, el hastío
yo, el asco.

Si pudiera
arrancarle
esa daga
devolver
las vísceras
al cuerpo
suplicar
el perdón
desde mi infierno.